
Era una de esas tardes en las que yo necesitaba compensar un día fatídico en el trabajo con la adquisición de un buen disco. Compulsivamente, me hallé dando vueltas por los pasillos de FNAC dudando estrepitosamente sobre el disco que iba a ser adoptado para gozo, tanto de su padre, como de sus cerca de dos mil hermanitos.
Un dependiente barbudo, gordito y gafotas, me vio blandiendo esa obra maestra que es el primer disco de BON IVER dudando sobre si adquirirlo en formato “posavasos” dado lo escaso de su precio (he de confesar, que una vez más y haciendo caso omiso a Ramoncín, lo tenía descargado de la red). Siendo así, compartimos alabanzas el “barbudo-gordito-gafotas” (en adelante BGG) y yo acerca de el mencionado disco y como una exhalación, me trajo en la mano el disco de un grupo llamado THE LOW ANTHEN cuya portada y funda de cartón me hicieron dudar sobre la calidad del mismo aunque su precio me haría olvidar pronto dichos detalles.
Y así fue, como una vez más para conquistar la amistad del BGG al que acababa de conocer, me llevé el citado disco que llevaba el divertido título de “OH MY GOD, CHARLIE DARWING”. De camino a casa, en el reproductor de mi coche, pude degustar temazos de corte suave, melancólico, triste y en ocasiones; folklóricos, bluseros e incluso roqueros aunque sin duda alguna, es en los tiempos lentos donde dan lo mejor de si transportandote a parajes nevados en los que el café caliente reconforta tu espíritu tras un duro día talando árboles .Personalmente me recuerdan a unos KINGS OF CONVENIENCE pero algo más lo-fi, quiza; en cualquier caso, grandes canciones que hacen un gran disco y a estas alturas solo puedo decir,….gracias BGG!!.
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